Monday, March 11, 2013

Blogger ha restaurado nuestro blog original: http://el-librerio.blogspot.com, y éste lo borraremos en breve. Gracias!

Sunday, March 10, 2013

Primer volumen de cuestiones

Uhmmm... bonito lugar, cuántos estantes libres... ;-)

Empezaré dejando en uno de ellos una reflexión sobre el contenido contractual de eso que llamamos amor, al menos en esta época y en este lugar del mundo, a ver si resulta que podemos ser creador@s de nuestra propia forma de relacionarnos y no nos habíamos dado cuenta...

¿Queremos ser sujetos de amor, o sólo objetos? ¿Qué es el “compromiso”? ¿Decidimos a qué nos comprometemos? ¿Quién decide las cláusulas?

Control, seguridad, exclusividad, ¿Podemos exigir estoa nuestras relaciones y seguir afirmando que amamos la libertad? ¿Nos hace libres esta forma de querer? La libertad del otr@, ¿es incompatible con el amor que me profesa...?

Creo que sí... revisitar, darle la vuelta,ventilarlo... eso vamos a hacer aquí con el amor y la institución que lo oprime. 

¡Bienvenid@s!

“El amor está por reinventar, ya se sabe”
 Arthur Rimbaud.

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Virginia Looba.

Monday, March 4, 2013

El modelo dominante

Algo de material recopilado hace tiempo. Inspirado en parte en el libro The Ethical Slut, de Dossie Easton y Janet Hardy.


A la mayoría nos han enseñado que la única forma de relación sana, normal y natural es la Pareja Monógama de Larga Duración, preferiblemente heterosexual y para toda la vida. Si en algún momento vital nuestros deseos no encajan en ese modelo, eso significa que tenemos una disfunción moral o psicológica, que tiene algo de enfermiza y va contra nuestra propia naturaleza. O en el mejor de los casos que manifestamos una excentricidad, probablemente temporal, una fase pasajera de extraversión o desenfreno, quizás debida a algún desengaño o a una crisis personal.

Much@s podemos percibir instintivamente que hay algo arcaico en este planteamiento, que no tiene sentido en nuestra sociedad actual, pero está tan profundamente enterrado en el sustrato cultural que nos rodea, que rara vez se ve sometido a la crítica. Es casi invisible, pero esta ahí todo el tiempo, detrás de nuestras hipótesis, nuestros valores, nuestros deseos, nuestros mitos, nuestras expectativas.

Recibimos socialmente con moderada flexibilidad novedades como que la masturbación es sana y no provoca ceguera :-), que cuando una relación no funciona es posible e incluso conveniente romperla antes que mantenerla con engaños y sufrimiento hasta la muerte de uno de sus miembros, que las relaciones homosexuales no son una grave enfermedad e incluso que pueden existir relaciones sexuales esporádicas, lúdicas, satisfactorias y superficiales con personas que no nos importan. Porque, eso sí, tarde o temprano una de ellas resultará ser alguien especial e inevitablemente pasaremos a Modo PMLD (Pareja Monógama de Larga Duración). Lo contrario sólo podrá ser producto de una preocupante falta de sensibilidad o una patológica aversión al compromiso ¡sin duda!

Dadas estas premisas, si a alguien se le ocurre poner en duda este criterio tradicional se tiene que enfrentar a una serie de ideas preconcebidas y juicios peyorativos. Entre ellos:

  • Eres Promiscu@: Despectivamente, supone la asunción moral de que tener menos relaciones de caracter sexual, sensual o afectivo es mejor que tener más. Supone medir el valor ético del individuo por el número de sus compañer@s sexuales, no por el respeto y el cuidado con que l@s trata.
  • Eres amoral y peligros@: Se asocia culturalmente la desviación de la norma a actitudes asociales, de excentricidad e incluso de marginalidad. No compartir un principio moral básico podría suponer estar en contra de otros pilares de la sociedad, ser sospechos@ y poco previsible.
  • Eres pecador@ o rebelde: Quien basa su moral en la palabra de sus dioses, su iglesia, sus padres o su cultura opina que la bondad consiste en la obediencia a las leyes establecidas por un poder superior o una tradición. Esto, además de a juzgar como pecadores a otros, nos conduce a menudo a experimentar con culpabilidad y vergüenza nuestros propios deseos y actividades, en muchos casos perfectamente naturales.
  • Estás enferm@ o eres inmadur@: Los estudios psicológicos de la conducta humana de los siglos XIX y XX asimilan las sexualidades y afectividades deformadas respecto de la norma a problemas de formación de la personalidad. Siguen escuchándose hoy en día, constantemente, opiniones que relacionan la madurez personal con una conducta sexual y afectiva tradicional. Conceptos como la adicción al sexo se manejan con ligereza aunque curiosamente la supuesta sustitución de la afectividad y el sexo en pareja por actividades alternativas como el trabajo o el ejercicio físico también se ve como un signo patológico. Esto denota una contradicción y una fuerte tendencia a ver como enfermizo cualquier comportamiento diferente al considerado de referencia social.
  • Eres fácil: ¿Fácil? Sí. ¿Es una virtud ser "difícil"?  ;-)

Por otro lado, el planteamiento enterrado e invisible mencionado antes se puede diseccionar extrayendo los elementos culturales y sociales subyacentes que lo componen, verdades que se consideran de sentido común, cosas que se asumen, que todo el mundo sabe:

  • Las relaciones monógamas a largo plazo son las únicas que pueden coniderarse verdaderas relaciones: Esta creencia hace sentir que algo te ocurre si no estás comprometid@ en una pareja, si prefieres permanecer libre, si de repente descubres sentimientos, afectos o atracción por más de una persona a la vez, si has probado relaciones tradicionales y no han funcionado. En lugar de cuestionar este dogma, te preguntas: ¿Estoy incomplet@? ¿Dónde está mi otra mitad? Se supone que un@ no es suficientemente buen@ por si mism@, pero la persona correcta automáticamente resolverá todos mis problemas, llenará todos mis vacíos y hará mi vida completa.
    Sin embargo, la monogamia es, con toda probabilidad, algo relativamente nuevo en la historia humana, infrecuente entre los primates sociales y en las sociedades primitivas cazadoras-recolectoras (ver, por ejemplo, En el principio era el sexo, de Christopher Ryan y Cacilda Jethá). Muchas personas reflexivas, informadas e inteligentes han decidido ser monógamas, y hay que aplaudirlo. Pero, ¿cuántos de los que nos rodean, cuántos en nuestra sociedad, pueden decir que han tomado expresa y conscientemente esta decisión tras valorar todas las alternativas en igualdad de condiciones?
  • Si estoy realmente enamorad@, automáticamente perderé todo interés por los demás: Es decir, que si experimento atracción sexual o sentimientos afectivos respecto de otra persona, es por que no estoy enamorad@. Esta creencia ha supuesto una enorme carga de infelicidad, culpabilidad y angustia para muchísima gente a través de los siglos. Sin embargo, si se analiza sin prejucios, es evidentemente falsa hasta el punto de lo absurdo. La evidencia cotidiana en contra es tan abrumadora que no tiene sentido argumentar al respecto. Sin duda, también existen personas que ante determinadas situaciones, como un apasionado amor romántico, un proyecto de vida en común o un examen de matemáticas, pierden todo interés o atracción por los demás. Esto es claramente comprensible y respetable, pero no supone la regla sino más bien la excepción.
  • Los celos son inevitables y normales: Los celos son, sin lugar a dudas, una experiencia que afecta a la mayoría de los humanos, como la envidia, el deseo, la avaricia, la pereza... Sin embargo, los celos (no infundados o a priori, sino respecto de una conducta real de la persona "amada" con otra u otras personas) se consideran culturalmente aceptables. Podríamos decir que es un derecho casi fundamental que se adquiere cuando se establece una relación romántica.
    En nuestro día a día estamos acostumbrados a controlar, sin apenas darnos cuenta, emociones como el deseo de poseer un bien que no es nuestro, el deseo de quedarnos durmiendo al sonar el despertador, el deseo de abordar sexualmente a alguien sin más, etc. Porque ser ladrón, vago o acosador está condenado socialmente. Sin embargo, si se ama a otra persona, automáticamente un@ tiene derecho a sentirse mal, enfadarse y recriminar cualquier actitud de afecto o actividad sexual del ser amado con otras personas. Es más, no sólo es un derecho sino parecería que incluso una obligación. Si un@ acepta estas conductas de la otra persona con naturalidad, se entiende culturalmente que no hay verdadero amor.
    Es decir, nos encontramos frente a una emoción objetivamente destructiva y posesiva que se promueve culturalmente y por tanto no existe el hábito de controlarla. Sin embargo hay abundante evidencia sociológica y antropológica que nos muestra que sí es controlable, al igual que el resto de emociones que hemos puesto como ejemplo. Basta con incorporar el valor del respeto a la libertad de los demás (más aún de aquellos a los que valoramos, apreciamos, queremos) a nuestro día a día para que poco a poco esta emoción sea tan controlable como las demás.
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Oscar Wildest.

Saturday, March 2, 2013

Crítica de la monodieta sensual y afectiva

Crónica personal de una reflexión colectiva
Más de 50 personas hablando sobre afectos, amor, relaciones en enero de 2013... Éstas son las notas que tomé.

Una vez, nos reunimos a conversar y nos planteamos preguntas... Y la primera pregunta fue, precisamente, por qué queríamos conversar. Queríamos vernos, charlar y escucharnos por muchos motivos. Para empezar, quizá, por la dificultad de hablar abiertamente, en una sociedad represora no preparada para entender, por ejemplo, si se puede amar a varias personas a la vez. No es fácil encontrar quien nos escuche e intente comprender. A todo esto se une la represión que la propia educación tradicional ha impreso en nosotr@s mism@s, que todavía complica más esta verbalización, esta comunicación.

Queríamos hablar del sufrimiento que ha generado la obsesión por preocuparnos de qué debería gustarnos en lugar de qué nos gusta realmente. De la dificultad de “desaprender”. De la necesidad y la